OMARA QUIERE MORIR CANTANDO
A sus 74 años, la diva de Buena Vista Social Club, Omara Portuondo, está en lo más y mejor. Aunque dolida por la muerte de algunos veteranos del proyecto, alista maletas para ir a Sudamérica, Europa y Asia como lo que es: una embajadora de la música cubana que piensa morir cantando.
"Me siento bien, llena de energía, de entusiasmo", dice mientras, coqueta, cruza la pierna y acomoda la cartera en su regazo para conversar, en La Habana.
No acaba de llegar de una gira por Europa, que la llevó a Gran Bretaña, Bélgica, Alemania, Suiza y Holanda, cuando ya está por salir a otro periplo a mediados de septiembre por Perú, Brasil, Chile y Argentina, a fines de año a Asia y principios de 2006 a España.
Su repertorio privilegiará las canciones de su álbum Flor de amor, postulado esta semana a los premios Grammy en la categoría de música tropical.
''Hasta que llegue la hora...''
Omara integró el proyecto Buena Vista Social Club, que reunió a veteranos de la época de oro de la música popular de la isla, rescatados del olvido en 1996 por el cubano Juan de Marcos y el estadunidense Ry Cooder.
Entre ellos leyendas como los cantantes Compay Segundo e Ibrahim Ferrer, el pianista Rubén González, el cantante Eliades Ochoa y el trompetista Luis Guajiro Mirabal.
Entre ellos leyendas como los cantantes Compay Segundo e Ibrahim Ferrer, el pianista Rubén González, el cantante Eliades Ochoa y el trompetista Luis Guajiro Mirabal.
Sus ojos se apagan de pronto. Ibrahim Ferrer, la voz cálida del grupo, murió el pasado 6 de agosto, dos años después de que fallecieran Compay Segundo, compositor y autor de Chan Chan, el 13 de julio de 2003, y Rubén González el 8 de diciembre de ese mismo año.
"Todo en la vida no se mantiene, pero mientras haya condiciones, como mis compañeros, voy a permanecer cantando hasta el momento que sea, hasta que llegue la hora, hasta que no tenga voz", concluyó.
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