Por Pablo Dintrans
Hoy como ayer el mambo sigue vigente a la hora de festejar. El término mambo proviene del dialecto ñáñigo hablado en Cuba por los integrantes de la Sociedad Secreta Abakuá, conformada sólo por hombres de origen carabalí, que provienen del Calabar, actual Nigeria y que se establecieron en el puerto habanero de Regla en 1836. Si significado deviene de la siguiente expresión: "abrecuto y güiri mambo" (abre tus ojos y ¿escucha?).
ADN DEL MAMBO
Las opiniones están divididas al definir la paternidad del mambo, pero en lo que nadie duda es que Dámaso Pérez Prado es su Rey. Como antecedente existió el trabajo realizado por el compositor Orestes López con la Orquesta de Arcaño y sus Maravillas. Ellos bautizaron en 1938 como “Mambo” a la parte final de un danzón, en la que este ritmo se aceleraba y llegaba a un clímax. Musicalmente hablando, enriquecieron la tercera parte movida del danzón con la incorporación de un "estribillo" o "montuno" sincopado. Cada vez que necesitaban repetirlo decían "vamos a mambear". Lo llamaban "sabrosura" o "mambo". Pero, es innegable el trabajo de síntesis y proyección internacional que realizó Pérez Prado.
MAESTRO DEL SWING
Este artista nació en la cuna de la rumba, la provincia de Matanzas el 11 de diciembre de 1916. Fue un estudioso del piano y logró trasladarse a La Habana en el año 1941. En la capital cubana participó en las orquestas del Cabaret Pennsilvania de la Playa de Marinao y en el Club Nocturno Kursaal. En esos años comenzó a destacarse por sus innovadores arreglos y por su sabia comprensión del swing de las orquestas de jazz. Allí conoció el lenguaje de la sección de vientos, claves en el sonido del mambo.
GOLPE DE ESTADO
El escritor colombiano, Gabriel García Márquez describió así el legado del Rey del mambo: "Cuando el serio y bien vestido compositor cubano, Pérez Prado, descubrió la manera de ensartar todos los ruidos urbanos en un vilo de saxofón, se dio un golpe de estado contra la soberanía de todos los ritmos conocidos... ". El mambo hizo furor durante la década de los 50`s, miles de discos se vendieron a través del sello en que aparecía un perrito con una vitrola: la RCA Víctor.
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