13 marzo 2006



Santana hechizó al Velodromo del Estadio Nacional

Una multitud ovacionó al guitarrista Carlos Santana, quien luciéndose con su guitarra eléctrica, se desplazó por toda su historia musical que unió al rock con la percusión latina, en una inolvidable noche de sábado 11 de marzo, en el Velódromo del Estadio Nacional.

Luego de 14 años de ausencia, el guitarrista mexicano-estadounidense retornó a Chile hechizando a 3 generaciones de chilenos. Carlos Santana junto a una orquesta de lujo se comportó como un verdadero chamán al iniciar un concierto que quedará marcado en la historia. Su primer concierto en Chile se realizó en el año 1992, en el Parque Internacional de la Reina.

El recital comenzó con la utilización de campañas gigantes que proyectaron una secuencia de imágenes en la que aparecían estrellas iluminando el universo, luego una esfera con un feto que daba sus primeros movimientos, al instante, una paloma blanca atraviesa la pantalla y aparece el guitarrista vestido de pantalón blanco, una boina negra y una polera estampada con el rostro del guitarrista estadounidense Jimmy Hendrix.
S

us primeras palabras fueron: “que bien huele aquí”, aludiendo al humo verde que inundaba al Velódromo del Estadio Nacional. Acto seguido reflexionó sobre la asunción de Michelle Bachellet como Presidenta de la República: “El mundo los observa, vienen tiempos de cambio en el mundo, han elegido a una hermana, cuídenla...Ella es lo opuesto a George Bush”, sentenció Santana.

El público vibró con sus solos de guitarra en temas clásicos como “black magic woman”. “Gingo” y “Oye como va”. Común era ver a padres con sus hijos y nietos que vibraron, bailaron y tararearon sus canciones que evocaban a la era de Woodstock y sus últimos discos como “Supernatural”, “Shamán” y “All that I am”

Carlos Santana demostró su virtuosismo y carisma, deleitando al público y generando un ambiente en la que los músicos de su banda también se lucían. Destacó el baterista estadounidense Daniss Chamber que dejó atónita a la multitud al percutir su batería creando un ambiente hipnótico. Participación notable tuvo su timbalero chicano Karl Perazo y el conguero Raúl Recco

Carlos Santana apostó a su historia que surge de la influencia de su padre que era Mariachi, de su adolescencia en Tijuana, de su pasión por el blues y las congas del caribe, de sus caminos espirituales, la euforia de Woodstock y de sus últimos trabajos que buscan captar la atención de los nietos de sus primeros seguidores.

pablo.dintrans@gmail.com

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